Universidad de Salerno, Italia
Universitas Magistrorum et Scholarium
Antecedentes:
Las espesas tinieblas de la Edad Media
Si se tuviesen datos estadísticos que indicasen el porcentaje de personas que no sabían leer ni escribir en los primeros siglos medievales nos sorprenderíamos.
Faltan datos numéricos, es un hecho, pero los hechos hablan por si mismos. Después de la desaparición de las escuelas de Antioquia y Alejandría, durante la Alta Edad Media, el saber y la cultura se refugió dentro de las murallas de los monasterios.
Al no existir imprenta, un libro se consideraba un artículo de mayor lujo que hoy día un lujoso automóvil o un yate, por lo tanto los libros no estaban al alcance de todos, no todos los reyes y príncipes sabían leer. Eran también muy poco prácticos porque el tamaño manual aún no se había difundido.
Además, no bastaba con aprender a leer: había que leer en latín, las escrituras oficiales eran: leyes, cánones, tratados, liturgia y Sagrada Escritura.
Este era el motivo por el cual sólo los eclesiásticos supiesen leer y escribir. Los simples mortales que no habían sido educados, protegidos o promocionados a las murallas de los monasterios podían ser: labradores, soldados o bandoleros, pues nunca tenían la menor oportunidad de instruirse.
El comienzo
Carlomagno el impulsor
Fue Carlomagno el que dio impulso a las escuelas anejas a las catedrales. En el siglo XI se empiezan a formar centros de estudios en el ámbito de los monasterios y las catedrales; estos centros tratan de la reforma de la iglesia y de la formación cultural de los religiosos (escuelas monacales). El empeño renovador se ve ampliado al suscitar interés del clero secular que funda escuelas episcopales. Ambos tipos de escuela –limitados por la escasez de medios y a partir del siglo XII, condicionada por la difusión de doctrinas heréticas– se desarrollan en agrupaciones de docencia más ambiciosa.
Las universidades (universitas magistrorum et scholarium) donde la enseñanza se imparte en latín y se estructura en grados (bachiller, licenciado, maestro, doctor). Tanto la irrupción del pensamiento aristotélico como el temor del papado a la expansión de nuevas herejías, así como el deseo de la iglesia de mantener bajo control la enseñanza, propician la fundación de universidades, centros culturales sometidos a la disciplina de la Santa Sede y dirigidos por las órdenes mendicantes.
Así se fundó:
Salerno - (1087) Italia
Bolonia - (1119) Italia
Montpellier - (1125) Francia
París - (1150) Francia
Oxford - (1168) Inglaterra
Palencia - (1208) España
Padua - (1222) Italia
Siena - (1241) Italia
Salamanca - (1244) España
Valencia - (1245) España
América
Santo Domingo - (1538) R. Dominicana
Lima - (1551) Perú
México - (1551) México
Harvard - (1636) EE.UU.
Yale - (1701) EE.UU.
Antecedentes:
Las espesas tinieblas de la Edad Media
Si se tuviesen datos estadísticos que indicasen el porcentaje de personas que no sabían leer ni escribir en los primeros siglos medievales nos sorprenderíamos.
Faltan datos numéricos, es un hecho, pero los hechos hablan por si mismos. Después de la desaparición de las escuelas de Antioquia y Alejandría, durante la Alta Edad Media, el saber y la cultura se refugió dentro de las murallas de los monasterios.
Al no existir imprenta, un libro se consideraba un artículo de mayor lujo que hoy día un lujoso automóvil o un yate, por lo tanto los libros no estaban al alcance de todos, no todos los reyes y príncipes sabían leer. Eran también muy poco prácticos porque el tamaño manual aún no se había difundido.
Además, no bastaba con aprender a leer: había que leer en latín, las escrituras oficiales eran: leyes, cánones, tratados, liturgia y Sagrada Escritura.
Este era el motivo por el cual sólo los eclesiásticos supiesen leer y escribir. Los simples mortales que no habían sido educados, protegidos o promocionados a las murallas de los monasterios podían ser: labradores, soldados o bandoleros, pues nunca tenían la menor oportunidad de instruirse.
El comienzo
Carlomagno el impulsor
Fue Carlomagno el que dio impulso a las escuelas anejas a las catedrales. En el siglo XI se empiezan a formar centros de estudios en el ámbito de los monasterios y las catedrales; estos centros tratan de la reforma de la iglesia y de la formación cultural de los religiosos (escuelas monacales). El empeño renovador se ve ampliado al suscitar interés del clero secular que funda escuelas episcopales. Ambos tipos de escuela –limitados por la escasez de medios y a partir del siglo XII, condicionada por la difusión de doctrinas heréticas– se desarrollan en agrupaciones de docencia más ambiciosa.
Las universidades (universitas magistrorum et scholarium) donde la enseñanza se imparte en latín y se estructura en grados (bachiller, licenciado, maestro, doctor). Tanto la irrupción del pensamiento aristotélico como el temor del papado a la expansión de nuevas herejías, así como el deseo de la iglesia de mantener bajo control la enseñanza, propician la fundación de universidades, centros culturales sometidos a la disciplina de la Santa Sede y dirigidos por las órdenes mendicantes.
Así se fundó:
Salerno - (1087) Italia
Bolonia - (1119) Italia
Montpellier - (1125) Francia
París - (1150) Francia
Oxford - (1168) Inglaterra
Palencia - (1208) España
Padua - (1222) Italia
Siena - (1241) Italia
Salamanca - (1244) España
Valencia - (1245) España
América
Santo Domingo - (1538) R. Dominicana
Lima - (1551) Perú
México - (1551) México
Harvard - (1636) EE.UU.
Yale - (1701) EE.UU.
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